Hoy en día se reconoce al ejercicio de fuerza como una medida de prevención del envejecimiento acelerado y una herramienta del rejuvenecimiento.
Beneficios de este tipo de ejercicio:
- Mejoría en la elasticidad, estructura y densidad de la piel.
- Expresión de genes relacionados con la matriz extracelular, que produce un aumento en las células que producen colágeno (fibroblastos).
- Estímulo a proteínas encargadas de construir y fortalecer el tejido conectivo.
A partir de los 30 años, el cuerpo empieza a perder alrededor del 3% al 8% de la masa muscular por cada década vivida. Este porcentaje aumenta notablemente después de los 60 años. También se evidencia un acortamiento en los músculos, lo que se refleja en la falta de flexibilidad y en las posturas que se van adoptando conforme avanza la edad.
El secreto entonces está en cuidar y fortalecer la masa muscular que se tiene, así como continuar formando masa muscular nueva.
Otro aspecto clave que se deteriora es la densidad mineral del sistema óseo, que comienza a disminuir en la mediana edad y predispone a fracturas y osteoporosis.
Este complejo proceso que experimentan los huesos se llama osteopenia. Bien se sabe que en él intervienen múltiples causas, principalmente hormonales, pero también es innegable el importante papel que juega la falta de entrenamiento de fuerza.
Este tipo de entrenamiento constituye una medida eficaz para la prevención y el tratamiento de osteopenia y osteoporosis.
Fortaleciendo los músculos, nuestros huesos se ven en la necesidad de fortalecerse, activando los mecanismos de almacenamiento de calcio, absorción de otros minerales necesarios y una verdadera activación metabólica general. Esto conlleva finalmente al fortalecimiento de todo el sistema musculoesquelético del cuerpo.
Otro aspecto muy importante es el impacto positivo del ejercicio en el retraso del deterioro cognitivo de las personas, así como su efecto protector para evitar demencias.
Consejo general:
Lo ideal es optar por un entrenamiento, idealmente prescrito y/o guiado, que combine el trabajo de varias articulaciones y músculos a la vez. Por ejemplo, peso muerto o sentadillas.
Es clave poder tener una asesoría profesional por parte de medicina del deporte para que la persona encargada de supervisar el plan de ejercicios que se vaya a ejecutar tenga especial cuidado en las particularidades de cada paciente; sobre todo si tiene antecedentes de lesiones osteomusculares, osteoporosis o edad avanzada.