Todas las parejas en algún momento de la relación han enfrentado conflictos que en la
mayoría de los casos son producto de infidelidades o por desacuerdos los cuales bien
manejados pueden contribuir al crecimiento de la relación. El primer paso es reconocer
que cada miembro de la pareja es diferente y tiene su propia percepción de la vida debido
a que provienen de familias con costumbre distintas. Sin embargo lo malo no es que
existan las diferencias sino que no surjan puntos de acuerdos en la diferencias sin la
necesidad de renunciar a la individualidad; puesto que algunos miembros de la pareja
equivocadamente son tan prudentes que no respiran y terminan anulándose estableciendo
una relación tipo MIMO donde uno es el fiel reflejo del otro, y se anula de tal forma que no
hay lugar a otros puntos de vista.
Cuando no se resuelven adecuadamente los desacuerdos y no se expresan los puntos de
vista podemos decir que aparece la crisis la que se genera por la acumulación gradual de
sucesos que afectan a uno o ambos miembros de la pareja. En estos casos cualquier
hecho menor puede disparar una furiosa pelea. Lo mejor es decirle al otro su
inconformidad, sin caer en descalificaciones o insultos, si vamos a llamar la atención sobre
algún hecho incomodo, lo mejor es hacerlo en el momento adecuado se puede utilizar el
sentido del humor más que la recriminación. Una estrategia para hacer ver los errores de
la pareja sin provocar conflicto consiste en retroalimentar en lugar de criticar. La diferencia
consiste en que mientras la crítica se centra en los errores y aspectos negativos la
retroalimentación parte de los hechos y características positivas del otro para invitar a
reflexionar sobre la conducta que hoy está afectando la relación. Cuando somos
insistentes en recalcar las fallas y defectos herimos la autoestima y es natural que se
reaccione justificando la conducta y actuando a la defensiva lo que de ninguna manera va
a propiciar el el cambio.
Otro aspecto a tener en cuenta es no ignorar lo que para su pareja es importante tal como
fechas especiales y otros descuidos cotidianos que pueden ser interpretados como una
falta de interés en la pareja que suele provocar enojo y terminar con una discusión frontal.
Conviene manifestar que aunque estén en desacuerdo en esos aspectos el hecho de ser
importantes para nuestra pareja merece toda la atención y no dejar pasar por alto esos
detalles guardando silencio ni tampoco es conveniente que el ignorado utilice la agresión
verbal, más bien exprese en forma inteligente y cariñosa que esas actitudes le duelen.
Tengan cuidado con estar ventilando sus problemas y desacuerdos delante de terceros en
especial si se trata de familiares debido a que abren la puerta para que se involucren en
su relación. Destacar los desacuerdos de la pareja delante de otros, hace quedar mal
tanto al criticado como al que critica. Estas situaciones son desagradables también para
quienes las presencian, y deben evitarse; en todo caso cualquier reclamo debe hacerse a
solas. Cuando uno de los miembros de la pareja cometió un error que causo dolor y aun
así no se tomo la decisión de una separación a tiempo significa que se asumió la
responsabilidad de continuar a pesar del dolor, pero no da derecho al ofendido a vivir
recordando y pasando factura por el pasado. Si no se asume que las decisiones tomadas
fueron las que se consideraron mejores en ese momento o que, en todo caso, hoy no
pueden cambiarse, la pareja entrará en un círculo vicioso negativo de permanente
conflicto. Para resolver las cuestiones de hoy, hay que mirar hacia el futuro, saber
perdonar y aceptar que el pasado no puede cambiarse.