El asma es una afección respiratoria crónica que ocasiona que las vías respiratorias se hinchen y estrechen. Se presenta tos, respiración con silbido, dificultad para respirar y opresión en el pecho.
El neumólogo es un médico especialista en las enfermedades del aparato respiratorio. Se encarga de diagnosticar y tratar afecciones como el asma, la bronquitis crónica, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), la neumonía, la fibrosis pulmonar, el cáncer de pulmón y otras enfermedades relacionadas con los pulmones y las vías respiratorias. Además, el neumólogo realiza pruebas de función pulmonar y ofrece asesoramiento sobre el manejo y la prevención de enfermedades respiratorias. Es recomendable acudir a un neumólogo si se presentan síntomas como tos persistente, dificultad para respirar, dolor en el pecho, o si se tienen antecedentes de enfermedades pulmonares o respiratorias.
Un pediatra es el especialista encargado del cuidado de la salud y las enfermedades de los niños y adolescentes desde su nacimiento hasta los 18 años. Este médico se enfoca en proporcionar atención integral y preventiva, realizando exámenes de salud periódicos, administrando vacunas, diagnosticando y tratando enfermedades pediátricas comunes y brindando orientación a los padres sobre el crecimiento y desarrollo de sus hijos. Además, el pediatra trabaja en equipo con otros profesionales de la salud para garantizar el bienestar físico, emocional y social de los niños y adolescentes. Es recomendable acudir a un pediatra para chequeos regulares, consultas por enfermedades agudas o crónicas, y para recibir orientación sobre la salud y el desarrollo infantil.
Un alergólogo es un médico especializado en la prevención, diagnóstico y tratamiento de enfermedades alérgicas. Realiza pruebas para identificar los alérgenos específicos que causan las reacciones y ofrece tratamientos personalizados, como antihistamínicos, corticosteroides e inmunoterapia. Es recomendable acudir a un alergólogo si se presentan síntomas persistentes como estornudos, congestión nasal, dificultad para respirar, erupciones cutáneas, picazón o reacciones adversas a alimentos, medicamentos o picaduras de insectos.