El pie diabético ocurre cuando los niveles altos de azúcar en sangre dañan los nervios y los vasos sanguíneos de los pies, pueden producir complicaciones a medio-largo plazo.
Un podólogo es un profesional de la salud especializado en el diagnóstico, tratamiento y prevención de enfermedades, lesiones y alteraciones que afectan los pies y las extremidades inferiores. Este especialista puede evaluar y tratar una amplia gama de condiciones podológicas, que incluyen callos, callosidades, uñas encarnadas, verrugas plantares, deformidades del pie, lesiones deportivas, pie diabético, fascitis plantar, y otros trastornos relacionados con la biomecánica y la salud del pie. Los podólogos emplean una variedad de técnicas y procedimientos, como el recorte de uñas, la eliminación de callos, la prescripción de ortesis plantares, la terapia física, la cirugía podiátrica y la educación del paciente sobre el cuidado preventivo del pie. Es recomendable acudir a un podólogo cuando se experimentan síntomas como dolor en los pies, dificultad para caminar o realizar actividades cotidianas, lesiones en los pies, o cualquier otra preocupación relacionada con la salud podológica, para recibir una evaluación experta y un tratamiento personalizado que mejore la salud y funcionalidad de los pies.
Un fisioterapeuta es un profesional especializado en la reparación y restauración de la movilidad física de pacientes que han sufrido algún tipo de trauma físico. Utiliza diversas técnicas, como ejercicios terapéuticos, masajes, electroterapia y métodos de manipulación para aliviar el dolor, mejorar la movilidad y fortalecer los músculos. Es recomendable acudir a un fisioterapeuta después de una lesión, cirugía, accidente o si se presentan problemas crónicos de movilidad y dolor, para recibir un tratamiento adecuado que facilite la recuperación y mejore la calidad de vida.
El médico internista es el especialista en la atención integral, enfocado en las enfermedades que afectan los órganos y sistemas internos. Es recomendable acudir a un médico internista cuando se presentan síntomas persistentes, como fatiga inexplicable, dolor crónico, cambios en la función orgánica o necesidad de gestionar múltiples condiciones de salud. Además, es aconsejable consultar a un internista para realizar chequeos de rutina, evaluaciones preventivas y obtener orientación sobre el manejo de enfermedades crónicas.