En el campo científico, hay diversos estudios que han hecho clasificaciones y aquí tomaremos la de C. Jung y otros que encontraron la existencia de cuatro tipos o modos de pensamiento independientes y con características propias. Uno de ellos es el más eficiente y donde se encuentran las habilidades en su máxima expresión, y por ser el más eficiente se denomina TALENTO NATURAL. Cada modo o estilo de pensamiento tiene características propias para el aprendizaje y la práctica de determinados oficios y profesiones y se denominan: pensamiento ANALÍTICO (lógico, matemático, planeador), el NORMATIVO (ordenado, sigue las reglas y las normas sociales al pie de la letra), el AFECTIVO (emocional, sentimental) y el CREATIVO (curioso, innovador, soñador, artista). Como vimos, uno solo de estos estilos de pensamiento es el más eficiente y si el aprendizaje, el oficio o la profesión coinciden, el menor tiene un alto desempeño sin mayor esfuerzo y con gran satisfacción personal.
Sin embargo, bajo diversas circunstancias (familiares, económicas, gustos, valores culturales), pueden aparecer presiones para que el menor no utilice su talento, sino que utilice otro estilo de pensamiento menos eficiente, lo que dificulta el aprendizaje y el buen desempeño escolar a lo largo de sus estudios.
Puede suceder que los padres intuitivamente identifiquen el talento natural de sus hijos y lo apoyen y estimulen. También puede suceder que los padres no tengan el concepto de talento natural y crean que todos tenemos las mismas habilidades mentales y que basta dirigirlas de algún modo para lograr un buen desempeño escolar. También puede suceder que descubran el talento natural de los hijos, pero por razones familiares o personales, los padres los presionan hacia estudios, oficios o profesiones diferentes a su talento natural.