El hematólogo es el médico especialista en enfermedades de la sangre. Se encarga de diagnosticar y tratar trastornos sanguíneos como anemia, leucemia, linfoma, hemofilia, y trombosis. Utiliza pruebas de laboratorio y otros métodos diagnósticos para evaluar la composición y función de la sangre, así como la salud de la médula ósea y los ganglios linfáticos. Es recomendable acudir a un hematólogo si se presentan síntomas como fatiga inexplicada, sangrados anormales, moretones frecuentes, infecciones recurrentes o resultados anormales en análisis de sangre.
Un patólogo es un médico que se especializa en el examen de los cuerpos y sus tejidos para diagnosticar enfermedades mediante la observación microscópica de muestras de tejido, células y fluidos corporales. Este profesional trabaja en laboratorios clínicos y realiza análisis para identificar la causa de enfermedades, evaluar la gravedad de una condición y determinar el tratamiento adecuado. Además, el patólogo también puede realizar autopsias para determinar la causa de la muerte en casos de fallecimiento repentino o sospechoso. Su trabajo es fundamental en el proceso de diagnóstico y tratamiento de enfermedades, ayudando a los médicos a tomar decisiones informadas sobre la atención médica de los pacientes.
Un radioterapeuta es un especialista en realizar radioterapias, un tratamiento que implica el uso de rayos X de alta energía u otras formas de radiación para destruir o dañar las células cancerosas y detener su crecimiento. Este profesional trabaja en estrecha colaboración con un equipo multidisciplinario de oncólogos, radiólogos, físicos médicos y otros especialistas para planificar y administrar el tratamiento de radioterapia de manera segura y efectiva para cada paciente. El radioterapeuta utiliza imágenes de diagnóstico, como tomografías computarizadas (TC) y resonancias magnéticas (RM), para delinear el área a tratar y calcular la dosis de radiación necesaria para eliminar las células cancerosas mientras se minimiza el daño a los tejidos sanos circundantes. Además de administrar la radioterapia, el radioterapeuta también supervisa de cerca la respuesta del paciente al tratamiento, ajustando la dosis y la duración según sea necesario para optimizar los resultados. Es recomendable acudir a un radioterapeuta si se ha sido diagnosticado con cáncer y se considera que la radioterapia es parte del plan de tratamiento, para recibir una evaluación exhaustiva y un tratamiento personalizado que aborde las necesidades específicas de cada paciente.