Un hepatólogo es un médico especializado en el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades del hígado. Este especialista aborda condiciones como la hepatitis, la cirrosis, la enfermedad del hígado graso, las infecciones hepáticas, los trastornos metabólicos del hígado y el cáncer de hígado. Los hepatólogos utilizan diversas técnicas diagnósticas, incluyendo análisis de sangre, ecografías, tomografías computarizadas (TC), resonancias magnéticas (RM) y biopsias hepáticas para evaluar la salud del hígado y determinar el mejor curso de tratamiento. Es recomendable acudir a un hepatólogo si se presentan síntomas como ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), dolor abdominal, hinchazón en el abdomen, fatiga extrema, pérdida de apetito o peso inexplicada, o si se tiene una enfermedad hepática diagnosticada que requiere un manejo especializado.
El gastroenterólogo es un médico especializado en enfermedades del sistema digestivo, incluyendo esófago, estómago, intestinos, colon y recto, páncreas, vesícula biliar, conductos biliares e hígado. Se encarga de diagnosticar y tratar afecciones como reflujo gastroesofágico, úlceras, enfermedades inflamatorias del intestino, síndrome del intestino irritable, hepatitis, pancreatitis y enfermedades del hígado. Es recomendable acudir a un gastroenterólogo si se presentan síntomas persistentes como dolor abdominal, dificultad para tragar, acidez, diarrea, estreñimiento, ictericia o sangrado digestivo.
El médico internista es el especialista en la atención integral, enfocado en las enfermedades que afectan los órganos y sistemas internos. Es recomendable acudir a un médico internista cuando se presentan síntomas persistentes, como fatiga inexplicable, dolor crónico, cambios en la función orgánica o necesidad de gestionar múltiples condiciones de salud. Además, es aconsejable consultar a un internista para realizar chequeos de rutina, evaluaciones preventivas y obtener orientación sobre el manejo de enfermedades crónicas.