Las estadísticas muestran un incremento de la violencia intrafamiliar, suicidios
por amor, crímenes pasionales y actos de agresividad generadas por celos.
Todos en algún momento hemos sentido celos y en pequeñas dosis estos son
necesarios en una relación, cuando permiten evaluar que tan importante se es
para la pareja, que tanto temor se tiene a que la relación termine. No obstante,
cuando se desbordan y se tornan incontrolables son capaces de generar
mucho dolor a cada una de las personas involucradas en la relación y hasta
podrían llegar a causar la muerte. Existen varios tipos de celos los cuales
interactúan y se retroalimentan entre sí: los reales, que se producen como una
reacción emocional cuando existen pruebas contundentes de la infidelidad. Los
patológicos, que muchas veces surgen por experiencias de infidelidad con su
pareja actual o con las anteriores generándole inseguridad ante un intruso
imaginario, o incluso ante todo lo que despierte interés en su pareja o le robe
tiempo como el trabajo, el estudio o los amigos. Se tiende a confundir amor con
posesión. En ellos hay un control obsesivo, que puede terminar en violencia
física y psicológica.
Entre las muchas causas de los celos encontramos: experiencias de infidelidad,
vacios afectivos en la infancia, subvaloración familiar, baja auto estima, padres
sobre protectores, dependencia emocional, baja tolerancia a la frustración,
orgullo herido. Los celos se pueden curar y tienen un buen pronóstico
terapéutico siempre y cuando se reconozca el problema. Sin embargo, algunas
sugerencias son las siguientes: no idealice a su pareja; evalué si la amenaza
es real o imaginaria por ejemplo, ¿vale la pena celarlo porque miro a una
persona en la calle de la que en un rato ni se acordará?; aprenda a controlar
sus pensamientos; evalué las consecuencias, el celoso pierde valor ante su
pareja debido a que envía el mensaje de “sin ti no puedo vivir”; no haga
reclamos, ni grite, exprese más bien sus sentimientos de como se está
sintiendo con sus actuaciones, sea específico; si perdió con su pareja acéptelo
así empezará a superarlo; pero sobre todo no olvide que “ si una persona le
quiere no hay nada que la ahuyente, pero si no le quiere no hay nada que la
ate”.