La acrodermatitis enteropática es una patología genética resultado de la deficiencia de zinc y relacionada con el metabolismo que causa alopecia, diarrea y dermatitis en las extremidades.
Un dermatólogo es un médico especializado en enfermedades de la piel, pelo, uñas y mucosas. Realiza diagnósticos y tratamientos para condiciones como acné, psoriasis, dermatitis, infecciones cutáneas, caída del cabello y cáncer de piel. Es recomendable acudir a un dermatólogo si se presentan síntomas como erupciones persistentes, cambios en lunares, pérdida de cabello, uñas frágiles o cualquier alteración en la piel, pelo o uñas que no desaparezca con tratamientos básicos.
El nutriólogo es el profesional capacitado para evaluar el estado de nutrición de las personas y determinar un plan de alimentación adecuado para satisfacer sus necesidades nutricionales y alcanzar sus objetivos de salud. Este especialista utiliza conocimientos en nutrición para proporcionar recomendaciones personalizadas sobre la selección de alimentos, el tamaño de las porciones y la distribución de nutrientes en la dieta. Además, el nutriólogo brinda educación sobre hábitos alimenticios saludables y ofrece apoyo para la pérdida o mantenimiento de peso, el control de enfermedades crónicas, como la diabetes o la hipertensión, y la mejora del rendimiento deportivo. Es recomendable acudir a un nutriólogo para obtener orientación profesional en temas relacionados con la alimentación y la nutrición, especialmente si se buscan cambios en la dieta para mejorar la salud y el bienestar general.
El gastroenterólogo es un médico especializado en enfermedades del sistema digestivo, incluyendo esófago, estómago, intestinos, colon y recto, páncreas, vesícula biliar, conductos biliares e hígado. Se encarga de diagnosticar y tratar afecciones como reflujo gastroesofágico, úlceras, enfermedades inflamatorias del intestino, síndrome del intestino irritable, hepatitis, pancreatitis y enfermedades del hígado. Es recomendable acudir a un gastroenterólogo si se presentan síntomas persistentes como dolor abdominal, dificultad para tragar, acidez, diarrea, estreñimiento, ictericia o sangrado digestivo.